sábado, 11 de julio de 2009

De la Gente Inteligente.


El saberse inteligente es una gran tentación a la cual suelen tender muchas personas con esta característica. Pues, el saberse poseedor de inteligencia e ingenio es el primer paso para incurrir en el peor defecto de las personas brillantes, a saber, creerse más inteligente de lo que realmente se es. Una vez adquirido este vicio, hemos perdido a nuestra eminente promesa para quedarnos con una botarga de ser inteligente. Eso sí, podemos contar con un erudito sobre sí mismo, una arrogante autoridad de sus propios dogmas y con un gran maestro en el arte de repetir sus errores una y otra vez. Nos quedamos con un eminente parlanchín, ignorante del valor de la otra opinión… un necio.

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