miércoles, 1 de abril de 2009

Ángeles y Demonios


Es tan difícil la vida del ateo que, para los más vivaces, es simplemente absurda; lo mismo podría existir que no hacerlo. Dado que el hombre no es una ley matemática con su razón en sí misma, si no acepta a un Dios como causa remota, se las tiene que arreglar totalmente solo. Para eso, hace falta un poco más de valor que para refugiarse en la confortable guarida que nos brindan las deidades. Para el ateo la única razón de ser existe aquí entre nosotros. Es aquí donde el ateo encuentra a sus dioses y demonios, al sentido y al sinsentido de su existencia…

Al menos aquí, en este mundo de los hombres, es donde he encontrado a mi ángel-demonio, a la mujer que con una sola palabra da y quita sentido a mi existencia.

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