Toma una nube, bájala del cielo y llévala a la rica terraza de algún amargo café. Toma una nube, envuélvete en el vapor de su caricia, el sopor de su aroma y el desaire de su beso. Toma una nube, fríela en aceite con tu frío calor de pasión derrotada con ternura. Toma una nube, enciéndete en su aroma al tiempo que sus formas te hacen renegar. Toma una nube, excitante como el aire, de sonrisa irremediable y con voz de carmesí. Toma una nube, mézclala con el azúcar de tus deseos, con el color de sus sueños y el reflujo del deseo. Toma una nube, ponla en tu regazo como una niña con sus labios de mujer, sus ojos de venada y sus pestañas de anciana. Toma una nube, conviértela en la más sensual de las mujeres y yo la devolveré al cielo en tres minutos.
jueves, 11 de agosto de 2011
Toma una Nube.
Toma una nube, bájala del cielo y llévala a la rica terraza de algún amargo café. Toma una nube, envuélvete en el vapor de su caricia, el sopor de su aroma y el desaire de su beso. Toma una nube, fríela en aceite con tu frío calor de pasión derrotada con ternura. Toma una nube, enciéndete en su aroma al tiempo que sus formas te hacen renegar. Toma una nube, excitante como el aire, de sonrisa irremediable y con voz de carmesí. Toma una nube, mézclala con el azúcar de tus deseos, con el color de sus sueños y el reflujo del deseo. Toma una nube, ponla en tu regazo como una niña con sus labios de mujer, sus ojos de venada y sus pestañas de anciana. Toma una nube, conviértela en la más sensual de las mujeres y yo la devolveré al cielo en tres minutos.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)