Quiero verte de estrellas coronada,
andando ligera de penas, descalza.
Verte derritiendo con tu celestial pisada
al agua del concreto y a la citadina hojarasca.
Respirar tu aroma de musical aire
con el cual de noche compones e invades,
con el cual encuentro al lobo que te admire
en tus ordinarias y mágicas singularidades.
Quiero imaginarte y entre historias componerte,
modelando tu aura ante la gente
en una melodía interesante e indiferente.
Tan tuya, tan inquieta como inerte.
Te escucho como al cauce de la ría,
el ondear de tu cabello al caminar,
eres marea de una onírica poesía
de la cual no hay ganas de despertar.
Quiero abolir espacio y tiempo para ti,
pintar un cuento en el cual te veas sonreír.
empaparme del lugar del cual partí
y escuchar las que no consigo decir.
Te peino como el travieso aire,
tan cercano y, si embargo, distante.
Me doblego digno ante quien te suspire
y con corcheas escribo un hada que te cante.
Quiero conocerte y de cuentos ser quien te avitualle.
Describirte caminando entre la escarcha
con un pomposo y tímido vaivén por la calle
donde nacen las agallas...
por donde con tu sonrisa a la tristeza acallas.